Vacunación antigripal: cómo protegerse de la gripe y las enfermedades respiratorias este invierno

Con la llegada del frío, la vacunación antigripal y los hábitos preventivos son esenciales para reducir los riesgos de gripe, neumonía y otras enfermedades respiratorias

Con la llegada del frío, el invierno y las enfermedades respiratorias se intensifican. En este contexto, la gripe puede derivar en complicaciones serias como neumonía, bronquitis o descompensaciones en personas con patologías crónicas. Por ello, adoptar medidas preventivas es clave para cuidar la salud durante esta temporada.

VACUNACIÓN ANTIGRIPAL: UNA HERRAMIENTA CLAVE

La vacunación antigripal es una de las estrategias más efectivas para evitar complicaciones por el virus de la gripe. Al aplicarse en tiempo y forma, no solo protege al individuo, sino que también contribuye a frenar la circulación viral en la comunidad.

El Ministerio de Salud define anualmente los grupos prioritarios para recibir la vacuna. Entre ellos se incluyen:

Adultos mayores de 65 años

Embarazadas

Niños de entre 6 y 24 meses

Personal de salud

Personas con enfermedades crónicas como diabetes, afecciones cardíacas, respiratorias o renales

BENEFICIOS DE LA VACUNACIÓN ANTIGRIPAL

Además de proteger a quienes la reciben, la vacuna disminuye el riesgo de contagio en su entorno, sobre todo en personas con defensas debilitadas. Por este motivo, se recomienda que la población consulte a su médico, incluso fuera del grupo de riesgo, para evaluar la necesidad de vacunarse.

El Dr. Washington Burgos, Médico Clínico de Boreal Salud (MP 1529), explicó: "Lo ideal es vacunarse antes del pico de circulación viral, que suele ser entre mayo y julio. De esta forma, el cuerpo desarrolla una respuesta inmunitaria adecuada. La vacuna antigripal puede administrarse junto con otras, como la de COVID-19, sin necesidad de intervalos", destacó el especialista.

Contar con un esquema de vacunación accesible ayuda a prevenir complicaciones graves y evita la sobrecarga del sistema sanitario durante el invierno.

HÁBITOS COTIDIANOS PARA PREVENIR ENFERMEDADES RESPIRATORIAS

Más allá de la vacuna, existen hábitos preventivos que refuerzan la salud respiratoria:

Lavado frecuente de manos

Ventilación de ambientes cerrados

Evitar el contacto con personas con síntomas

No compartir objetos personales

Además, en espacios cerrados o con poca ventilación, se sugiere el uso de barbijo, especialmente si hay presencia de síntomas respiratorios.
Una dieta equilibrada, buena hidratación y descanso adecuado también fortalecen el sistema inmunológico.

Según el Dr. Burgos: "La prevención va más allá de la vacuna: es un compromiso diario con la salud individual y colectiva".

¿QUÉ HACER EN CASO DE SÍNTOMAS?

Ante síntomas como fiebre alta, dolores corporales, congestión nasal, tos persistente o dificultad respiratoria, es fundamental no automedicarse y consultar rápidamente a un profesional. Un diagnóstico temprano puede evitar complicaciones y cortar la cadena de contagio.

En pacientes con enfermedades preexistentes, la consulta médica debe ser aún más inmediata frente a cualquier señal de alarma.

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