Peinados tirantes a diario: no es el gel, es la fuerza lo que daña
Las colitas bien firmes, las trenzas ajustadas y los rodetes perfectos parecen la solución más práctica para vernos prolijas en segundos. Pero cuando este gesto se repite todos los días, la salud de nuestro cabello puede resentirse. Y no, el problema no está en los productos que usamos, sino en la fuerza con la que sujetamos nuestro pelo.
Por Georgina Buscaglia - especialista en color y cuidado del cabello
@exhalapeluqueria
Las colitas bien firmes, las trenzas ajustadas y los rodetes perfectos parecen la solución más práctica para vernos prolijas en segundos. Pero cuando este gesto se repite todos los días, la salud de nuestro cabello puede resentirse. Y no, el problema no está en los productos que usamos, sino en la fuerza con la que sujetamos nuestro pelo.
Este hábito pasa factura, porque atar el cabello fuerte estiliza, despeja el rostro y transmite una imagen pulida. Sin embargo, lo que parece inofensivo termina generando un impacto directo en la raíz. Cada vez que sujetamos demasiado, el bulbo piloso -el lugar donde nace cada hebra- queda sometido a una tracción constante. Con el tiempo, esa tensión puede derivar en caída localizada, irritaciones en el cuero cabelludo, afinamiento e incluso pérdida de densidad.
Peor si está húmedo.
Si además recogemos el pelo cuando todavía está mojado, el riesgo se multiplica. La humedad retenida en la piel del cuero cabelludo crea un ambiente que favorece la caspa, la debilidad y la falta de oxigenación en la raíz. El resultado: fibras más frágiles, que crecen más finas y quebradizas.
No son los productos
Durante mucho tiempo se culpó al gel, la laca o el spray de resecar y dañar el cabello. Pero la evidencia muestra que el verdadero enemigo es otro: el estiramiento excesivo y sostenido. Los fijadores, en todo caso, cumplen un rol estético; lo que termina debilitando la salud capilar es la fuerza mecánica del peinado tirante, repetido día tras día.
Las niñas también. En el colegio, en clases de danza, gimnasia o patín, es común que las niñas lleven peinados ajustados todos los días. Y como no se usan productos, pensamos que no hay riesgo. Sin embargo, el cabello infantil todavía está en desarrollo, y la tracción diaria puede dejar huellas a futuro. Lo que vemos como prolijidad o comodidad, en realidad puede transformarse en un hábito que debilita la raíz desde muy temprano.
Cómo cuidarnos sin dejar de atarnos el pelo
No se trata de abandonar las colitas, las trenzas o los rodetes, sino de usarlos con conciencia:
• Alterná el lugar de la cola o la trenza para no forzar siempre la misma zona.
• Usá gomitas recubiertas o scrunchies, que no corten la fibra.
• Reservá los peinados muy tirantes para ocasiones especiales.
• Evitá atar el pelo cuando está mojado.
• Regalate algunos días de pelo suelto o recogidos más flojos.