La millonaria herencia de Liam Payne: quién se quedó con su fortuna tras su trágica muerte en Buenos Aires

El 24 de octubre de 2024, la música pop se vistió de luto. Liam Payne, exintegrante de One Direction, murió tras una caída desde el tercer piso de un hotel ubicado en el barrio porteño de Palermo, en Buenos Aires. Tenía 31 años y atravesaba un momento delicado a nivel personal.

Tras meses de incertidumbre, se conoció el destino de su millonario patrimonio: unos 32 millones de dólares. Como el cantante británico no había dejado testamento, fue su exmujer, la cantante Cheryl Cole, quien quedó a cargo de la administración de la herencia en beneficio de su hijo en común, Bear Grey Payne, de apenas 8 años.

Su última pareja no recibirá nada

A diferencia de lo que muchos suponían, Kate Cassidy, la pareja más reciente de Liam, no será beneficiaria de la fortuna. Según trascendió, ella no reclamará nada y respeta la decisión que involucra únicamente al hijo del artista.

Un camino de fama y lucha interna

Liam Payne inició su carrera en 2008 cuando audicionó en The X Factor, aunque fue en 2010 cuando Nicole Scherzinger propuso que formara parte de un nuevo grupo junto a Harry Styles, Zayn Malik, Niall Horan y Louis Tomlinson. Así nació One Direction, la boyband más exitosa de la década.

En 2016, Payne firmó como solista con Capitol Records y en 2017 lanzó su primer hit en solitario, "Strip That Down", junto a Quavo y con la colaboración de Ed Sheeran como coautor. Le siguieron temas como "Bedroom Floor" y "Get Low", consolidando una nueva etapa musical.

Sin embargo, detrás del éxito, el artista enfrentó profundos problemas de salud mental. "Solía tener unos ataques de ansiedad brutales. Me paralizaban", confesó en una entrevista, recordando que durante años ni siquiera podía salir de su casa por culpa de la ansiedad y la agorafobia.

En 2023, su situación se agravó y desapareció por completo de las redes sociales. Al reaparecer en YouTube, Payne reveló que había ingresado en un centro de rehabilitación durante 100 días para tratar su adicción al alcohol. "Ya no me reconocía. No tuve teléfono por 100 días. La parte más difícil fue volver a encenderlo", confesó. Luego de su tratamiento, logró permanecer seis meses sobrio.

"La fiesta se terminó", dijo con claridad, en lo que fue uno de sus últimos mensajes públicos.