La torta vasca de queso quemado: el cheesecake esponjoso que conquista a todos
Con su textura cremosa, sin base y una costra dorada irresistible, la torta vasca de queso quemado se convirtió en el cheesecake más buscado.
También conocida como tarta de La Viña, tarta de San Sebastián o simplemente cheesecake vasco, esta delicia cremosa es el nuevo objeto de deseo de los amantes de la pastelería casera. Su textura esponjosa y suave acaricia el paladar, y su sabor intenso a queso la convierte en una opción irresistible para el postre.
A diferencia del cheesecake tradicional, la torta vasca no lleva base de galletas ni se hornea a baño María. Su secreto está en la alta temperatura del horno, que permite formar una costra dorada y ligeramente quemada en la superficie, mientras que el interior se mantiene cremoso y delicado.
Ingredientes para la tarta vasca de queso quemado
-
435 g de queso crema firme
-
175 g de azúcar
-
200 g de crema de leche
-
3 huevos
-
10 g de harina
Paso a paso: cómo hacer el cheesecake vasco en casa
Paso 1: Mezclar el queso crema con el azúcar hasta integrar.
Paso 2: Agregar los huevos de a uno, batiendo suavemente después de cada incorporación.
Paso 3: Sumar la harina y luego la crema de leche.
Paso 4: Mezclar hasta obtener una preparación lisa y sin grumos, sin necesidad de batir demasiado.
Paso 5: Tomar un cuadrado de papel manteca, arrugarlo, humedecerlo y escurrirlo. Forrar un molde con el papel húmedo.
Paso 6: Verter la preparación y hornear en horno fuerte a 210°C durante 30 a 40 minutos, hasta que la superficie esté bien tostada pero el centro tiemble como gelatina.
Paso 7: Dejar entibiar y enfriar en la heladera, idealmente de un día para el otro para lograr la consistencia perfecta.